Spa o VIA?
SPA, acrónimo de la locución latina “Salus Per Aquam”, significa “La salud por el agua”.
VIA, acrónimo de la locución latina “Venenum In Aquam”, significa “Veneno en el agua”
Lamentablemente, muchas piscinas privadas, en los hoteles y los balnearios, no son otra cosa que piscinas de tipo “VIA”.
Ello no depende absolutamente de una mala elección por parte del propietario, sino de una serie de equívocos acumulados desde hace más de treinta años. No cabe la menor duda en cuanto al papel decisivo del cloro en la lucha contra enfermedades como el cólera y el tifus, gracias a su uso en el tratamiento del agua potable. Estos resultados se obtienen también en el agua de las piscinas y de los balnearios. Durante mis viajes por todo el mundo, noté que las pisicinas cubiertas de los hoteles son poco utilizadas por los clientes. De hecho, muchos de ellos, al ser propietarios de piscinas, notan sin gran dificultad que la piscina del hotel despide un olor desagradable que su propia piscina no tiene. De este modo, deducen que dichas piscinas son del tipo “VIA”. Estoy convencido de que todo el mundo conoce el dicho “de todo, pero con moderación”. Tomar un vaso o dos de un buen vino tinto puede querer decir “In Vino Est Gaudium”, “En el vino hay alegría”. Sin embargo, beber una botella o dos de ese mismo vino, significa “In vino Est Venenum”, “En el vino hay veneno”. ¿Qué relación hay entre el vino tinto y el cloro? Que ambos son idénticos si se consumen en cantidades excesivas. Una extensión de agua es un elemento vivo, dinámico y enérgico de la naturaleza, y merece el mismo respecto que demostramos a nuestro cuerpo. No me siento en medida de aconsejarle tomarse un vaso de hipoclorito de sodio líquido (lejía) y ácido clorhídrico como si se tomara un cóctel, para contribuir a la manutención de las funciones digestivas de su estómago o su sistema circulatorio. Y sin embargo, eso es lo que hacemos con nuestras piscinas. El cloro u otros productos químicos son consumidos de un modo que yo llamo “efecto columpio”, con consecuencias desastrosas. Nuestras piscinas y balnearios se encuentran en un estado de “francachela” permanente, ebrias un momento y sobrias el siguiente. ¿Quién podría querer permanecer en una situación así, si tiene la oportunidad de salir de la misma? Pero volvamos con el olor del cloro. Si usted mezcla en un recipiente una cucharadita de café de hipoclorito de sodio líquido, o lejía, con 200 cucharadas de agua desmineralizada, no notará ningún olor a cloro. La pregunta surge espontánea: ¿qué olor es el que percibo cuando me baño en mi piscina? Y he aquí la espada de doble filo. Como ya hemos dicho, el cloro es el único desinfectante eficaz para combatir las bacterias y mantener constante y prolongada la capacidad de abatimiento de la carga bactérica. Aun así, cuando el cloro ataca a las bacterias, se pueden verificar otras reacciones agresivas, como por ejemplo la formación de cloraminas cuando ello reacciona con la urea. Cuando el cloro reacciona con todas las demás sustancias químicas u orgánicas presente en el agua, como las células muertas de la piel, las sustancias vegetales, la suciedad, las cremas solares y las lociones para el cuerpo, se forman los trialometanos (cloroformo). Sin querer ser alarmista, una búsqueda en Google sobre los riesgos para la salud relacionados con las cloraminas y a los trialometanos podría sorprenderle. Un estudio riguroso efectuado en Bélgica, ha demostrado que permanecer dos horas en una piscina cubierta donde se respiran las emanaciones desprendidas por los productos desinfectantes, equivale a fumar un paquete de cigarrillos. La fórmula química del trialometano (THM) lo inserta en la categoría de los hidrocarburos, que es el principal componente del humo de cigarrillos.
La filosofía Biodesign se orienta para asegurar la mejor experiencia de baño para las personas y, al mismo tiempo, el más alto respeto por el medio ambiente. Por dicha razón hemos establecido productos y procedimientos específicos para permitir a nuestros clientes tener la mejor calidad del agua y a los mantenedores cualificar su trabajo.
Hay una creencia generalizada de que solo con el cloro y los ácidos de reducción del pH se pueden resolver todos los problemas y a menudo sucede que los tratamientos efectuados en las piscinas se limitan al uso de estos dos productos. Biodesign, con los manuales, cursos de capacitación y manuales de mantenimiento puede reducir el uso de productos químicos, permitiendo identificar las causas que generan el problema e indicando la solución específica para el mismo.
La identificación de los problemas específicos de la piscina con la consiguiente reducción de los productos químicos utilizados y la capacidad de mantener un agua equilibrada y no agresiva, son algunos de los principales factores que permiten un mejor tratamiento y una mayor duración de la superficie de la piscina.
Los equipos específicos y productos certificados y hechos en Italia para el tratamiento del agua nos permiten ofrecer tratamientos de calidad con el máximo respeto de la salud de las personas y del medio ambiente.